Mi práctica artística, desde hace varios años se basa en el desenfoque o un proceso de sobreposición de imágenes que posteriormente son desenfocadas (siendo este ejercicio, una metáfora de la pérdida de la capacidad de enfoque en el ojo que puede producir el estrés post traumático a causa de un suceso violento.
A lo largo de este tiempo, me he adentrado en una búsqueda y re interpretación de recuerdos perdidos, tanto familiares como desconocidos, recuerdos de gente tan cercana o ajena a mí hasta que se desdibuja la línea que nos divide.
Con esto en mente, estos últimos años me he permitido mezclar diapositivas, imágenes y hasta ilustraciones propias y ajenas para narrar las pérdidas de memoria, familiares y amigos en mi propio lenguaje; la tridimensionalidad que brinda el desenfoque y lo que le pide esta imagen al ojo del espectador.